Hoy no hablaré de moda, ni de cocina, ni os recomendaré un libro o mostraré una película y está muy claro que tampoco hablaré de deporte, o por lo menos de lo que yo entiendo por deporte.
El post de hoy, no tiene nada que ver con lo que suelo contaros, pero he considerado que no podía dejar pasar esta ocasión sin exponer mi opinión.
La FIBA, Federación Internacional de Baloncesto, estudia para la próxima Euroliga, la posibilidad de sustituir, en las jugadoras de la Selección Española de Baloncesto femenina, sus cómodas, anchas y por lo que se ve "antiestéticas" equipaciones, por prendas más ajustadas, que marquen la figura de las mismas. ¿Comodidad? ¿Mejora en el rendimiento? Nada más lejos de la realidad, ya que a la selección masculina no se les exige esta indumentaria, de modo que se trata de espectáculo y de aumentar el número de seguidores que van a ver baloncesto femenino.
He jugado al baloncesto durante 11 años, años que recuerdo como los mejores, en lo que he aprendido lo que cuesta dar el todo por el todo, en los que me han enseñado a jugar en equipo, a perder, a ganar, a esforzarme y a comprometerme con mi equipo y mis entrenadores. En los que he tenido las mejores experiencias de mi vida y que ha contribuido, junto con la filosofía del deporte, a formarme como persona.
Un deporte en el que no importa el tipo que tengas, ni lo apretada que vayas o lo mona que estés, porque lo que cuenta es tu esfuerzo, tu espíritu de superación, tu constancia y tu trabajo.
Somos mujeres, coquetas, también femeninas... pero en la cancha somos jugadoras, se trata de jugar al baloncesto, de pelear por cada rebote, de sufrir por cada tiro fallado, de disfrutar con cada tapón... pero no de dar espectáculo a cualquier precio.
Aunque al final parece que en nuestro caso, lo que importa es lo de siempre...
El baloncesto femenino es un deporte minoritario, que no cuenta con tantos seguidores como el masculino, eso es una realidad, pero ¿de verdad queremos aumentar el número de espectadores de esta forma?
Deberíamos buscar promocionar el baloncesto femenino, subvencionarlo, publicitarlo, darlo a conocer, crear escuelas para formar jugadoras, concienciar a los espectadores y hacerles entender este deporte, que aunque no cuente con la potencia y espectacularidad del masculino, ofrece toda la garra y la calidad de grandes jugadoras como Amaya Valdemoro, Anna Montañana o Laia Palau, y que ante todo merece el mismo respeto y consideración que el resto de deportes, sean masculinos o no.
Y hasta aquí el post de hoy, me encantaría saber vuestras opiniones y leer vuestros comentarios, sobretodo en este tema que me importa especialmente.
Un besito enorme! Y gracias por leerme!